Introducción.

Fromm (2004) dice: “En el acto de amar, de entregarse, en el acto de penetrar en la otra persona, me encuentro a mí mismo, me descubro, nos descubro a ambos, descubro al hombre y encuentro a la humanidad” (p. 71). La elección de pareja no sólo es la expresión para cubrir una necesidad deficitaria, en la caracterización que hace Maslow.  La elección de pareja es un acto de elección, un acto de voluntad puesto que no se elige a la primera persona del sexo opuesto que se presente en un encuentro: se hace una elección por atracción, una elección por enamoramiento, una elección por amor.  Con el deseo de un amor idílico y las expectativas del príncipe azul, la mujer comienza una búsqueda doble, que es en su mayor parte inconsciente, busca el amor perfecto y el hombre perfecto.  En la realidad cotidiana esta elección lleva muchas experiencias que no cumplen con las expectativas que la mujer enamorada espera en sus relaciones amorosas y puede involucrarse en una relación destructiva al elegir su pareja.

Una relación destructiva se puede definir, según Quiroz (2010) de la siguiente manera:
Una pareja destructiva es aquella en la cual, una o las dos personas sufren mucho más de lo que experimentan en dicha y placer por estar juntos.  Uno de los integrantes (y en algunos caso ambos) se ven sometidos a un gran desgaste por tratar de sostener la relación; este tipo de vínculos provocan más insatisfacción que felicidad, y la sensación de bienestar que pueden proporcionar en escasos momentos es muy efímera (p. 43). 

    La mujer comienza a idealizar la relación y al príncipe de esta relación, por tanto según Stamateas (2000) en ese amor romántico es donde la mujer nubla su percepción ante la experiencia fugaz e inesperada de un amor intenso que llena los requisitos del amor ideal (por su novedad e intensidad), así se concentra en lo que la mujer está sintiendo y las necesidades que está cubriendo y olvida a la persona real, deja de lado la esencia de quien es la pareja con la qué esta.

    Salama (2007) menciona que: “Cuando surge una defensa a la necesidad de amar o de recibir amor, creamos una situación neurótica que nos impide crecer como seres humanos, ya que dicha necesidad es importante para obtener una mejor calidad de vida” (p. 24).  Y esto es lo que pasa con la mujer de una relación destructiva: rechaza su necesidad de amar y ser amada, la relega a un segundo plano o, la suprime.

   Si el fin último de la Psicoterapia Humanista, de acuerdo con Salama (2007), es el desarrollo óptimo de las personas, el crecimiento del ser humano como existencia holística, en el aquí y el ahora con responsabilidad, el abordaje de la psicoterapia en las relaciones destructivas se debe enfocar hacia la resolución favorable de este problema existencial, asumiendo la responsabilidad de manejar su vida, promover su crecimiento y desarrollar su autoconfianza. 

   Para ello, la psicoterapia puede tomar la vía de fortalecer el sí mismo de las mujeres inmersas en las relaciones destructivas, desarrollando su comunicación intrapersonal; responsabilizándolas de su existencia personal significativa y estimulante; ampliando sus habilidades y herramientas intra e inter personales, mediante el cual se estimula el desarrollo del potencial de sí mismas.

Método
La presente es una investigación de tipo descriptivo con utilización del método fenomenológico para la identificación de la problemática y el desarrollo del taller.
Sujetos
Se trabajó con una muestra no probabilística conformada por 15 mujeres, cuyas edades fluctúan entre los 24 y 35 años y que radican en diferentes poblados y municipios del Estado de Tabasco y que se encontraban en relaciones destructivas o consideraban tener problemas con su pareja. 

Material
Se aplicó una ficha de registro, fundamentos y metodología de la terapia humanista aplicando diversas técnicas y ejercicios y una bitácora de sesión. 

Procedimiento
Se utilizaron técnicas de sensibilización; darse cuenta; expresivas; supresivas e integrativas. Se aplicó una ficha de registro para obtener los datos personales de los participantes al inicio del trabajo terapéutico. Se les pidió a los participantes que escribieran en su diario lo que iban experimentando y percibiendo en su cuerpo, en su mente y en su sentir.  

Resultados y discusión
Teniendo de referencia inicial, la existencia de mujeres en relaciones destructivas, se desarrolló el taller vivencial “un viaje a mi interior para armonizar mi existir”, con duración de 44 horas.  A partir de las primeras sesiones, las participantes del taller empezaron a platicar, sentir confianza y apoyo para poder compartir la situación de relación de pareja en la que se encontraban, siendo afectada la mayoría en el área emocional, conductual y cognitiva presentándose un cambio en su vida de forma indicativa. Durante el desarrollo se implementaron técnicas de sensibilización; darse cuenta; expresivas, supresivas e integrativas siendo éstas de la  psicoterapia Gestalt; que contribuyeron a la autoaceptación y toma de conciencia de hábitos en las relaciones de pareja; el psicodrama que permitió a las participantes experimentar y establecer nuevas situaciones así como la resignificación de la vida en pareja, con la posibilidad de generar alternativas de solución; la bioenergética se usó para fomentar el darse cuenta, que el dolor, la tristeza, el enojo que estaban sintiendo se reflejaba en su cuerpo; ayudando a la liberación de energía negativa.  Al culminar el taller se corroboró la importancia y la utilidad de la Psicoterapia Humanista, ya que, en la mayoría de las participantes, se observaron cambios significativos en sus transacciones fenomenológicas.  Asimismo lograron fortalecerse en la toma de decisiones; potenciaron la habilidad de darse cuenta de las necesidades personales implícitas en las relaciones de pareja; mejoraron la comunicación interpersonal; incrementaron la autoestima e independencia; acrecentaron la capacidad de responsabilidad sobre la situación existencial.

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Mireya del Carmen Beltrán Munguía
Maestría en Psicoterapia Humanista
Instituto Universitario Carl Rogers

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