Es un tratamiento que se realiza a base de impulsos de luz constante de baja intensidad, no invasivo que trata varios padecimientos de la piel, tales como:

• Manchas
• Textura cutánea o rugosa
• Cicatrices por acné
• Marcas de la edad
• Pecas
• Estrías e incluso ojeras.

Como todo tratamiento, debe ser constante para que los resultados se vean rápidamente, ya que cada sesión va eliminando las imperfecciones considerando que se hace sobre la capa más expuesta que es la epidermis. Es recomendable que se lleve a cabo con la cara limpia, sin maquillaje o alguna crema/bloqueador solar y el tiempo promedio entre cada una de las sesiones es de 15 días, con 3 o 4 sesiones dependiendo de cada paciente, cada problema y de los historiales clínicos.

-Dura de 30 - 60 minutos, no causa dolor y en caso de que lleguen a haber molestias son mínimas, pues previo al tratamiento se aplica un gel frío para facilitar la transmisión de la energía de la luz, protegiendo así también las últimas capas.

-Debes verificar que tanto el doctor como tú, tengan lentes oscuros especiales a la hora del tratamiento, para la proteger los ojos de la luz emitida por el equipo.

-Después de recibir el tratamiento, evita exponerte al sol ya que tu piel quedará sensible con riesgos a sufrir lesiones posteriores.

-Es más recomendable realizarlo en época de otoño o invierno, ya que la exposición a la luz solar directa es menor.

-No es oportuno realizarlo a personas que están bronceadas o con lesiones previas en la piel, pues puede causar quemaduras graves.

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Si tienes más dudas sobre el tratamiento o te interesaría saber sobre los precios del mismo, es preferible acudir con profesionales capacitados, con ética y compromiso, tal como la Dra. Diana Isabel Morán Maese, dermatóloga especialista en enfermedades de la piel, tratamientos de dermatología y dermatopatolgía, que ofrece tratamientos estrictamente controlados para obtener siempre los mejores resultados.