En este segundo blog hablaremos de la riquísima variedad de agaves para producir mezcal, y es que a diferencia de su primo hermano el tequila que se elabora de una sola variedad del mismo (agave azul) nuestro protagonista tiene muchas más especies que corresponden a muy diversos aromas y sabores.

Actualmente se conocen alrededor de 275 especies de agave en el mundo y de todos ellos se considera que en México habitan alrededor de 200, de los cuales se sabe que se destilan más o menos 40 de ellos, es decir este número corresponde a los que podemos destilar para producir mezcal.

En esta cantidad de especies que tenemos para destilar mezcal está una de las primeras cualidades que hacen única a nuestra bebida, y es que, ningún otra en el mundo se hace de tantas especies de plantas, esto hace que tengamos una variedad muy amplia en propiedades organolépticas, esto aunado a las distintas tierras o regiones donde se cultiva hace que las posibilidades sean prácticamente infinitas y que las mismas también pueden combinar distintas especies de agaves creando un nuevo sabor. Esto  podemos entenderlo más fácilmente al hacer una sinonimia con lo que se hace al ensamblar diferentes uvas y crear una nueva experiencia en un vino.

A  lo largo y ancho del país siempre vemos agaves de distintas variedades, cuando recorremos las carreteras de nuestro país siempre nos acompaña invariablemente un paisaje de agaves en todo momento, especies que pueden encontrarse en más de un estado o región, en varios tipos de tierra y clima que le darán elementos para diferenciarse al ser destilados. Así que el espadilla de Puebla no sabrá igual que el espadín de Oaxaca y el Cupreata de Guerrero tendrá sus diferencias con el de Michoacán y así sucesivamente aunque existen agaves que sólo encontraremos en determinadas regiones.

Los agaves pueden pesar desde 30 kilos hasta 60 o 70 kilos en promedio y esto depende mucho del tipo de agave de que se trate.

También podemos mencionar que cada agave tiene su propio periodo de vida que va desde los 6 a 7 años los que más pronto están listos para ser cultivados como es el caso del Espadín, hasta los más longevos que puede pasar de 9, 15, 20 y hasta 28 años, todo depende del tipo de que se trate.

Daniel Parra

Mezcalier