Considerada por algunos como un lujo innecesario, la domótica ha demostrado ir más allá al ser una tecnología cada vez más accesible que contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas ofreciendo un espacio inteligente, funcional, agradable, confortable y seguro. 

¿Qué es la domótica?

Proviene del latín “domus” que significa casa y “tica” del término informática, dicho en pocas palabras, la domótica es la integración de redes y dispositivos eléctricos y electrónicos del hogar que permite la automatización de actividades cotidianas y el control de la vivienda de manera local o remota.

Un poco de Historia

La domótica hasta hace poco era un término poco conocido, sin embargo, surge en el siglo XIX con la aparición los autómatas industriales; a partir de eso nace la idea de automatizar ciertas tareas cotidianas en las oficinas y pequeños edificios tales como la calefacción centralizada, el control de iluminación, los sistemas antincendios y antirrobo.

A principios de la década de los 90 se empezaron a incorporar en los edificios los sistemas de cableado estructurado para facilitar la conexión de todo tipo de terminales y periféricos entre sí, utilizando cableado estándar y tomas repartidas en toda la edificación, poco a poco estos sistemas se fueron extendiendo hacia los hogares debido a los avances tecnológicos que permitieron abaratar costos al implementar tecnologías inalámbricas y nuevos protocolos de comunicación que facilitan la instalación y no requieren una gran infraestructura cableada.

¿Cómo funciona?

Un ecosistema domótico recoge información a través de entradas, sensores o datos específicos como ubicación geográfica o clima para después procesarlos en una central que se encarga de tomar decisiones de acuerdo a patrones preestablecidos para finalmente activar procesos que involucran a los sistemas de hogar como la iluminación, persianas, electrodomésticos, aire acondicionado, calefacción, audio ambiental, alarma, sistema de videovigilancia, control de acceso, entre otros. 

Beneficios de la vivienda domótica  

Confort: Los sistemas domóticos realizan de forma automática diversas tareas como apagar, encender, regular luces, subir o bajar persianas, toldos y puertas, ahorrando tiempo y esfuerzo, proporcionando a las personas un hogar confortable que se ajusta a sus necesidades y estilo de vida.

Ahorro energético: A través de una gestión eficiente de los sistemas de iluminación, climatización, riego, electrodomésticos, etc, se puede ahorrar hasta un 40% en el consumo energético al programar horarios, establecer zonas y desconectar equipos que no tienen un uso continuo pero siguen consumiendo en modo “Standby”

Accesibilidad: Un sistema domótico facilita el control de los sistemas del hogar a personas con alguna discapacidad para que puedan disfrutar de su hogar con el mínimo esfuerzo al controlar tareas cotidianas desde el toque de un botón o incluso por comandos de voz.

Seguridad: Tu casa estará protegida y tus bienes seguros mediante la interacción de diversos sistemas como las cámaras de vigilancia con visualización remota en tiempo real, el sistema de alarma que además de alertarnos en caso de intrusión, también nos avisa en caso de eventos que requieren atención inmediata como fuga de gas o inundación, los sistemas podrán simular que hay alguien en la vivienda encendiendo luces y subiendo y bajando persianas de forma aleatoria.

Comunicación: A través de una conexión a internet podrás estar en continua comunicación con tu hogar, lo que te permitirá controlar y supervisar el sistema a través de tu teléfono, tablet o PC, no importa que estés de viaje en otra parte del mundo. 

Un día en mi hogar inteligente

Son las 6 de la mañana y suena mi despertador, simultáneamente las luces se encienden y atenúan hasta que lentamente se apagan porque la luz natural hace acto de presencia mientras se elevan las persianas, se enciende mi sistema de audio con mi playlist favorita, voy a la cocina y mi café está listo, todos los sistemas se alistan para tener mi ambientación favorita. Salgo rumbo al trabajo y mi casa apaga las luces innecesarias y los aparatos electrónicos que nadie usa, la cerradura automática se acciona y todos los sensores se ponen en marcha para mantener el perímetro protegido. A mi regreso y justo antes de llegar, se encienden las luces de la cochera para que no entre en total obscuridad, mi huella dactilar me permite el acceso y los sistemas de alarma se desactivan momentáneamente, al entrar la temperatura es perfecta porque minutos antes el sistema la ajustó a 21 grados centígrados, me siento en el sillón y disfruto de mi serie favorita en una pantalla de 300 pulgadas y un sistema de audio envolvente. Me voy a la cama y justo antes de dormir pulso un botón ubicado en mi buró que apaga todas las luces de la casa a excepción de las luces del exterior, en plena madrugada tengo sed y desde mi cama pulso un botón que encenderá todo el sendero que me lleva hasta la cocina, regreso a la cama y apago todo desde ahí, finalmente puedo dormir tranquilo.

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