Eduardo Natividad es un mpresario mexicano que ha vivido desde hace más de 5 años lejos de México, en paíes como Emiratos Arabes Unidos, Suiza, Australia, Inglaterra y el continente africano.

El empresario después de esta travesía por diferentes continentes ha logrado gracias a su talento empresarial conquistar el Medio Oriente. Después de 4 años de su primera visita a Asia ha logrado establecer tres escuelas Mandala; la cadena de restaurantes Meshico; una importadora, una comercializadora, una fábrica de tortillas de maíz y sus derivados y la marca “Cachito de México” logrando llevar la magia y sabor del país centroamericano.

El empresario oriundo de la Ciudad de México, Eduardo Natividad Maqueda llegó al Oriente Medio buscando modelos de enseñanza para la ciencia exacta, matemáticas, y lograrlos implementar en su escuela Mandala que construía en México.

Luego observó que el mercado de comida típica en Singapur podría ser una gran oportunidad de establecer la primera cadena de restaurantes de comida mexicana y fue asi como lo hizo, además de establecer su residencia en este país asiático.

Para Eduardo la fórmula del éxito es la autoconfianza, el creer en lo que hacemos y como lo hacemos y llevar con firmeza esos sueños a realidades;

“Nunca hay que dejar de soñar y trabajar con mucho amor para lograr esos sueños, asi el resultado siempre será grandioso”

Por otro lado resalta que es muy importante el trabajo en equipo, lograr un equipo competente, con compromiso, que entregue todo en lo que hace y preparado para las tareas, esto lleva un tiempo pero los frutos de este trabajo se ven reflejados y es así como en sus restaurantes mexicanos en Singapur cuenta ya con 400 empleados mexicanos.

Eduardo recuerda que inició como emprendedor a los 15 años vendiendo accesorios para bicicleta, a los 18 años había instalado un restaurante, en estos negocios siempre posiciono el servicio al cliente como un valor adicional e indica que esto hace parte del éxito logrado.

Al vivir tan lejos de México, el empresario indica que siempre añora a su país y por tal razón llevo un “cachito de México” a mi nuevo mundo.