Tiago Cruz comenzó su carrera musical en el coro de la iglesia. Comenzó tocando guitarra, luego bajo, hasta que llegó al piano con el que compone casi todas sus canciones, excepto esas que sabe de antemano que necesitan el aporte especial de la guitarra.

Sus orígenes fueron muy humildes. Vivió experiencias que no cualquier joven de su edad, de un mejor estrato social, pudiera vivir. Pero, se superó y logró entrar a la industria musical como productor y arreglista y, con trabajo duro y disciplinado, cumplió muchos de sus sueños y hoy en día trabaja en el más importante de ellos: Tiago Cruz en la música. 

Como puertorriqueño creció con el reguetón, pero a medida que fue creciendo empezó a admirar ritmos como la salsa y el merengue, “porque son más rítmicos y más melódicos, los cantantes tienen que expresar más, las letras son más festivas, pero con palabras más limpias”, afirma. 

Cuando conoció a Linkin Park, Cold Play y otras bandas que también le gustan, fue cuando comienzó a producir música y a buscar un sonido diferente a lo que sonaba en Puerto Rico. Se fue a los ritmos americanos que siempre lo han influenciado, pero se inclinó por el pop-rock y la música alternativa para crear sonidos y experimentar, y darle otro color a su música.

En cuanto a las letras, intenta mezclar las historias que vive a diario y las experiencias de personas cercanas a él que son las que lo conmueven. 

En casi todas sus canciones, a pesar de que hablan de fiesta o de algún desamor, de alguien a quien extraña o de un familiar que perdió, siempre intenta narrarlo como si fuera una historia, como si lo estuviera contando frente a frente. Es su mayor reto en cada canción, para poder hacer sentir a quien lo oye, lo que él está sintiendo en ese momento. Ese es su mayor reto.

Así nació “Me muero”, su primer sencillo en Colombia. Una canción triste, melancólica, un tema para cuando se extraña a una persona especial, no a un amor. 

Tiago llega con su música universal, inclusiva, hecha con sentimiento a flor de piel para todo aquel que quiera escuchar algo diferente, muy interesante, lleno de elementos que por separado pueden sonar conocidos pero que, juntos, en una canción, forman algo fuera de lo común.