La noche de ayer quedará marcada en la memoria de los asistentes al Auditorio Metropolitano de Puebla, quienes fueron testigos de un espectáculo musical inolvidable protagonizado por dos leyendas de la música romántica: Marisela, conocida como "La Dama de Hierro", y José María Napoleón.

Desde tempranas horas, el recinto se llenó de emociones y nostalgia, especialmente entre los adultos mayores que, de manera ordenada, llegaron ansiosos por disfrutar de una velada única. El auditorio, que lució casi lleno, palpaba la expectativa y la emoción que se respiraba en el ambiente.

Marisela fue la encargada de abrir la noche, deslumbrando al público con su presencia y su talento. Ataviada con un deslumbrante vestido negro de flecos bling bling, destacó su belleza y elegancia mientras hacía resonar el recinto con su voz única. Temas como "Sola con mi soledad", "Mi problema", "Enamorada y herida" y muchos otros más, hicieron vibrar a todos los presentes, quienes no dejaron de corear cada una de las canciones.

Posteriormente, cerca de las 23:25 horas, José María Napoleón subió al escenario para cautivar a la audiencia con su presentación de despedida. Acompañado por diez músicos y coros, el legendario cantante interpretó algunos de sus mayores éxitos como "Tengo celos", "Amor de habitación" y "30 años". Con un elegante traje negro, mostró su agradecimiento al público y compartió momentos de melancolía al reflexionar sobre su carrera.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue el tributo a su amigo y colega, el inolvidable José José. Con voz entrecortada, Napoleón interpretó temas como "Lo que un día fue no será", "Mientras llueve" y "Y Para qué", logrando conmover a todos los presentes.

La velada continuó con más éxitos como "Cuando se pierde un amigo", "Ella se llamaba Martha", "Sin tu amor", entre otros, culminando con la esperada interpretación de "Vive". Pero la emoción no terminó ahí, ya que regresó al escenario para cantar junto a su hijo José María, el tema "Hombre".

El público, entregado y emocionado, acompañó cada canción de principio a fin, creando así una atmósfera mágica y llena de emociones. Marisela y José María Napoleón regalaron un concierto espectacular que seguramente quedará grabado en la memoria de todos los asistentes por mucho tiempo.

Esta noche demostró una vez más que la música tiene el poder de unir corazones y trascender generaciones, dejando en cada uno de los presentes un recuerdo imborrable de una noche llena de pasión y melodía.