El comediante mexicano Alex Fernández se presentó ante un Teatro del Complejo Cultural Universitario (CCU) abarrotado, donde cientos de fanáticos llegaron desde temprano para disfrutar de una velada llena de humor, ingenio y complicidad.

La noche comenzó con la participación de dos abridores que lograron conectar con el público poblano de manera especial. Jesús Tapia, comediante originario de Puebla y colaborador cercano de Alex, arrancó el show con un set lleno de chistes locales que resonaron con los asistentes. A pesar de mostrar cierto nerviosismo en su timing inicial, Tapia logró ganar al público con un cierre sorpresivo y memorable que dejó a todos riendo a carcajadas. Próximamente presentará su propio material, por lo que invita a seguirlo en sus redes sociales.

Por su parte, El Muñe, otro colaborador frecuente de Alex Fernández, subió al escenario con una rutina que cautivó de principio a fin. Con un impecable manejo del escenario, observaciones ingeniosas y un timing envidiable, El Muñe preparó el terreno de manera magistral para recibir al comediante principal.

Cuando Alex Fernández apareció en escena, el teatro estalló en gritos y aplausos, marcando el inicio de una noche dinámica, energética y absolutamente hilarante. La comedia de Alex, reconocida como una de las más consolidadas de México y Latinoamérica, destacó por su capacidad para abordar cualquier tema de manera inteligente, o no, pero siempre priorizando la risa.

El show, podríamos decir, se dividió en dos partes: en la primera, Alex presentó rutinas estructuradas que incluyeron nuevo material, salpicado con "call backs" a chistes icónicos de su repertorio, lo cual fue un regalo especial para sus seguidores más fieles. La segunda parte tuvo un tono más espontáneo, con un formato de cabaret en el que interactuó directamente con los asistentes. Aunque esta sección daba la impresión de improvisación, quedó claro que detrás de cada observación y respuesta había una preparación minuciosa y una agilidad mental única.

Alex describió este espectáculo como un regreso a lo básico (Back to Basics), una oportunidad para experimentar con nuevo material en un formato íntimo. Tras haber conquistado escenarios como el Teatro Metropólitan y el Auditorio Nacional, y luego de enfrentar desafíos personales, incluido el cuidado de su salud mental, este show refleja un momento especial en su carrera: una exploración de lo cotidiano como fuente de humor.

La noche culminó con una conexión inigualable entre el comediante y el público, dejando a todos con la sensación de haber sido parte de algo único. Sin duda, Alex Fernández reafirma su lugar como uno de los grandes referentes de la comedia en el mundo hispanohablante.